domingo, 19 de enero de 2014

remember

Apareces y desapareces como lo hacen las conchas en el mar. En un momento están en tu mano, y al siguiente hay una ola que la arrastra al fondo del mar.
Creía conocerte, y quizá lo hacía, pero negándome la realidad. Me siento extraña, ahora que vienes a mí de alguna forma.
Siempre fuiste demasiado egoísta para pensar en los demás. En mí.
Siempre digo que yo perdono pero no olvido. Pero cuando todo lo que dijiste viene a mí cada noche, como una pesadilla real; cuando me siento rodeada por tus palabras, por tu odio, me pregunto si te he perdonado.
Me dijeron, que cuando se empieza a hacer una cosa así, es porque ha habido algo que te ha destrozado tanto que te supera y lo descargas así. Me han dicho miles de insultos, miles de críticas, miles de cosas. Y sin duda, aquella carta fue lo que más me dolió. Nunca lo he admitido, tampoco lo he negado. Pero cuando veo las cosas con claridad, veo que empecé por eso.
No sé, todo el mundo merece ser perdonado, merece que se olvide su pasado y sus errores. Quizá la egoísta ahora estoy siendo yo. Estoy siendo rencorosa, algo que yo siempre he negado ser. Pero ver que estás sola, que toda tu vida es una farsa que no te crees ni tú, que no tienes a nadie, provoca en mí cierto regocijo. No te deseo ningún mal, tampoco ningún bien. A veces me arrepiento de sentir así respecto de ti, intento recordar la cantidad de recuerdos que tenemos juntas, y pienso si tu te acordarás de mí. Si tu te arrepentirás de aquello. Nunca me pediste perdón, no de verdad.
Me viste llorar, me viste destrozada, me clavaste una puñalada trapera. A ésta, que decías que era como tu hermana, la que mejor te conocía. Y sin embargo lo escribiste, lo hiciste con frialdad y crueldad.
No me he vengado, porque no soy así. Pero me estoy permitiendo el placer de observar cómo la vida te la devuelve, como te da lo que te mereces.
El egoísmo se paga caro querida. El dolor que causas a los demás, las lágrimas que has hecho derramar, se pagan caro. Y antes o después la vida te lo devolverá.
Pero ¿sabes lo mejor? Que en estos casi dos años, yo podría haberte escrito algo así, podría haber intentado dejarte sola, contarle a todo el mundo como eres. Pero no lo hice, no me rebajé a tu nivel. Y sé que lo que más te dolió fue sentirte mal por lo que hiciste y ver que los demás no tenemos tan mal corazón.

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