jueves, 18 de junio de 2015

El hecho de que sabemos que vamos a morir, es lo que hace que apreciemos cada día. El hecho de tener miedo, es lo que nos impulsa y nos detiene a hacer ciertas acciones. Si no existiera el miedo, seríamos capaz de realizar todo lo que deseamos, sin pensarlo, sin analizarlo, sin temer perder algo. Porque siempre, tememos perder algo.
¿Qué pasaría si no tuvieras nada que perder? Cierra los ojos e imagínalo. Piensa, si en este instante, sentado delante de la pantalla de tu ordenador, pudieras dejar de temer todo, ¿qué harías? ¿Qué pasaría si no importase lo que estudias, porque no perderás nada sea lo que sea? ¿Qué pasa si decides eso que te asusta tanto, si te declaras, si gritas, si sales, si lloras, si ríes, si dices lo que piensas, todo sin importar qué perderías?
¿Si pudieras escoger en este instante cualquier vida, cuál sería? Porque vivimos una vida, que nos hace felices, pero en el momento de cambiar algo de ella lo único que tenemos es miedo. Miedo al futuro, a la incertidumbre, a lo desconocido, a la soledad. Nos da miedo no ser capaces de lograrlo todo, de vivir según nuestras expectativas.
El miedo nos hace querer luchar contra él, pero también nos paraliza. También le dejamos ganar muchas batallas. Le dejamos que nos aparte de las cosas que deseamos, de nuestros sueños, de nuestros sentimientos.
¿Vas a dejar que el miedo decida tu vida, o vas a luchar para decidirla tú?

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